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diumenge, 30 de juny del 2013

Matsuri-Festival Japonès Barcelona


Matsuri () és la paraula japonesa que significa festa o festival. Amb motiu de la celebració de l'Any Dual Espanya-Japó per commemorar el quatre-cents aniversari de l’enviament de l'Ambaixada Keichō a Europa (Espanya i Roma), s’han organitzat per part de l'Ambaixada Japonesa i dels ciutadans japonesos a Espanya, diversos actes. Avui s’està celebrat el Matsuri-Festival Japonès a Barcelona. Aquest matí he visitat un mercat amb productes típics del país nipó, només he pogut estar una estoneta, però aquí us deixo les meves fotos del mercat i de les meves compres.

Matsuri (  ) es la palabra japonesa que significa fiesta o festival. Con motivo de la celebración del Año Dual España-Japón para conmemorar el cuatrocientos aniversario del envío de la Embajada Keicho a Europa (España y Roma), se han organizado por parte de la Embajada Japonesa y de los ciudadanos japoneses en España, varios actos. Hoy se está celebrado el Matsuri-Festival Japonés en Barcelona. Esta mañana he visitado un mercadillo con productos típicos del país nipón,  solo he podido estar un ratito, pero aquí os dejo mis fotos del mercadillo y de mis compras.

















Mis compras.

Seafood Yakiskoba

Mochi de fresa, de chocolate y de te verde de la pastelería deTakashi Ochiai .

Dorayaki de azuki, de chocolate y de te verde. Doreamon también los come.  De la pastelería Ochiai.

Bol de cerámica raku  y soporte para palillos, de Chisato Kuroki 


dissabte, 22 de juny del 2013

El Ryokan una experiencia que nos transporta al pasado.

En català desprès de les fotos.
 
Si hay una experiencia que viví en Japón, que me hizo sentir como si fuera realmente de allí, sin duda fue alojarme en los Ryokans.

En la entrada sobre los baños tradicionales japoneses 2ª parte,  los nombré, ahora contaré su historia y como son en la actualidad.

En el Período Nara (710-794), la gente viajaba a pie, el caminante empezó a buscar refugio para pasar la noche, por lo peligroso que comenzó a ser estar a la intemperie. En un principio había casas particulares que ofrecían alojamiento gratuito, a estas casas se las llamó Fuseya, así mismo un grupo de monjes budistas, ocasionalmente, empezaron a ofrecer alojamiento a los viajeros que lo necesitaban. En el Periodo Heinan (794-1185), se crearon los Shukubō traducido como “alojamiento en un templo”. Posteriormente en el Período Kamakura (1192–1333) surgieron los Kichin-yado, que eran alojamientos donde solo se pagaba la leña que se usaba para calentar la estancia y para cocinar. Todos estos establecimientos fueron los precursores del Ryokan.

En el Periodo Edo (1603-1868) también llamado periodo Tokugawa por ser la época en que reinaron los shōgunes, se creó la ruta Tōkaidō (foto 1 y 2) que con 488 km.  transcurría por la costa del Mar del Este, desde Kyoto, antigua capital imperial, a Edo que fue la capital del primer shōgun, Tokugawa Ieyasu, y que es la actual Tokyo. Fue el camino mas transitado, de los cinco que se construyeron en esa época. Se calcula que en 1750 un millón y medio de personas al año lo recorrieron y la cantidad fue en aumento con los años venideros.  La mayoría de los viajantes lo hacían a pie, la gente con dinero lo hacia en kago (foto 3), y también los daimyō o señores feudales recorrían el camino como mínimo cada dos años, estos lo debían hacer a caballo, para rendir cuentas al shōgun,  en cambio todas las mercancías viajaban por mar.  Como se tardaba unas dos semanas en recorrerlo de punta a punta, el gobierno construyó lugares de descanso y avituallamiento así como puestos de control de viajeros, estos lugares eran llamados Shukuba. Sobre 1750 se crean de manera oficial los Ryokans o posadas (foto 4).

Creados, en un principio, para alojar a viajantes por solo una noche,  y construidos a la manera tradicional de las casas de la época,  estos establecimientos poco han cambiado con el tiempo.  Adaptándose a las comodidades actuales como agua corriente, luz, televisión, etc…han guardado la estética y costumbres de sus inicios, pero refinándose al máximo a fin de poder albergar a turismo de calidad.

Primero decir que estos establecimientos suelen estar regentados por mujeres, que a su vez son las dueñas o las esposas de los dueños. Ellas reciben el nombre de Okami. Es tradición que estos negocios sean familiares, con lo que puede coincidir que hasta tres generaciones trabajen conjuntamente. En este caso encontraremos a la Okami, a la Oo-kami (Gran Okami) y la Waka-okami (Joven Okami).  En el caso de no haber hija que herede el puesto, se pasa a la nuera. Estas mujeres son las encargadas de recibir y despedir a todos y cada uno de los huéspedes de su casa, así como el control del funcionamiento del Ryokan. Se reservan a los hombres de la familia los trabajos de mantenimiento y gestión, pero con el mínimo contacto con los clientes.
Además de la Okami, en el Ryokan, están las Nakai-san que son las amables camareras que tras recibir al viajero, juntamente con la Okami, lo acompañan a su habitación cargando con el equipaje, le muestra las dependencias, le ofrece las geta, que se calzará para andar por las zonas comunes y tras servir el te de bienvenida,  si es necesario le ayudará a vestir el yukata.  Posteriormente, y posiblemente mientra el huésped este tomando un baño en el onsen o este paseando por el jardín, estas camareras transformaran la sala de la habitación, en dormitorio. Las volveremos a encontrar sirviendo la tradicional cena llamada kaiseki y a la mañana siguiente sirviendo el desayuno. Evidentemente también está el personal de cocina, pero oculto a la vista del huésped.

Ahora que sabemos que personal encontraremos allí, vayamos a adentrarnos en un Ryokan. 

Actualmente enclavados en bucólicos parajes y la mayoría en zonas de aguas termales, están rodeados de vellos jardines. Suelen estar construidos en madera y como mucho tienen dos plantas de altura (foto 5 y 6). Nos adentramos al amplio vestíbulo, donde está la recepción y que también está provisto de una zona con sofás donde los clientes pueden acomodarse para pasar un buen rato de conversación (foto 7). Allí nos esperaran la Okami y las Nakai-san (foto 8). En algún Ryokan, allí dejaremos nuestro calzado dentro de unos taquilleros, en otros podremos seguir con nuestros zapatos un rato más, y acompañados por la camarera nos dirigimos a nuestra habitación, esta es más que un simple dormitorio, normalmente se puede ocupar por cuatro o mas  personas.  Tras una puerta al sistema occidental, con cerradura y llave, encontramos el espacio llamado agari-kamachi (foto 9), aquí si, definitivamente abandonaremos nuestro calzado, si no lo hemos hecho ya en el hall. Espacio provisto de un pequeño armario zapatero,  da paso al resto de las dependencias, todas ellas a un nivel ligeramente superior. A partir de aquí, normalmente, todas las puertas que encontremos en la habitación serán correderas, se llaman shoji si están confeccionadas con  papel washi traslúcido y  fusuma si son de papel opaco, y terminadas con un marco de madera (foto 10). Entramos en el washitsu que es la habitación en si y podemos observar la escasez de mobiliario y la sobriedad de la decoración. Aquí os dejo un esquema de los elementos que conforman una habitación standar en un Ryokan y alguna foto (foto 11, 12 y 13).
El suelo está cubierto por tatamis. Confeccionados con paja seca de arroz trenzada, cubierta con fibra de junco y ribeteadas con cinta verde o con brocado, es el mejor suelo para pisar descalzos, sentarse en almohadones y dormir con solo un futon entre el tatami y el cuerpo.  Además del agradable aroma que desprende, como si estuvieras en medio de un prado, es un gran aislante acústico y térmico (foto 14). 
Encima del tatami encontraremos una mesa baja en medio de la sala, con cuatro sillas sin patas o simplemente cuatro cojines para sentarse. Los nombres de todos estos elementos los encontrareis en el esquema.
A un lado de la habitación encontraremos el tokonoma,  es el elemento más   importante de la sala. A forma de altar, pero sin connotación religiosa, allí se expondrán los elementos mas preciados. Ligeramente elevado del suelo, tan solo unos centímetros, allí observaremos en la pared el Kakemono, que es un pergamino con una pintura o con caligrafía y sobre el tatami del tokonoma habrá, normalmente, un Ikebana (foto 15).  Ikebanas podremos encontrarlos en varias estancias del Ryokan, recepción, comedores, pasillos, etc….
Siguiendo en la habitación, tras otras puertas correderas nos encontraremos una terraza cubierta llamada engawa, con una mesa y dos sillas, estas  son altas, como de estilo occidental, en un extremo puede haber un pequeño tocador (foto 16).   
En la zona de aseo y w.c. hay que acceder con unas zapatillas que son de uso exclusivo para esta zona. En una dependencia encontraremos el ofuro o bañera, el w.c. en otra dependencia anexa y el lavabo en otra.  

Al entrar, nuestra Nakai-san nos pedirá que nos sentemos en la mesita del medio de la estancia, nos servirá un te con un pastelito y nos proporcionará una toallita húmeda que hará las veces de servilleta (foto 17). Nos dejará para disfrutar de este delicioso recibimiento y al ratito volverá para ayudarnos a vestir el yukata, especie de kimono sencillo de algodón y el tanzen, que es como una chaqueta. Puede que a los japoneses no les hagan ninguna falta sus diestras maniobras, pero para los occidentales es ardua labor el colocarse esta vestimenta y sin ellas sería misión imposible (foto 18). También nos ofrecerán unos tabi, que son esos curiosos calcetines que separan el dedo gordo del pie del resto de sus compañeros, ideales para calzarse después las geta, si nos apetece asear por los jardines o salir a dar una vuelta por la zona. Si, una vez que estas vestido con el yukata, es ya la ropa que usaras hasta que te marches del Ryokan (foto 19).  Antes de cenar te aconsejan que vayas a tomar un baño al onsen, de esta actividad no os hablo pues ya lo hice el la entrada sobre los baños tradicionales japoneses 2ª parte (foto 20).

Después de la relajante actividad, la cena se puede tomar en la propia habitación o en el comedor si viajas con un grupo. La cena es todo un espectáculo culinario. Viene a ser lo que aquí llamamos “menú degustación”, compuesto por muchos pequeños platos elaborados antiguamente en las cocinas imperiales y cambiando dependiendo de la época del año, pero básicamente compuesto entre 6 y 15 alimentos diferentes que serán únicos y no se repetirán en otro plato, cada uno con detalles de guarnición sumamente elegantes.  Sopa miso, encurtidos, verduras, pescado crudo y a la parrilla, arroz, alimentos al vapor, carne marinada y así un sinfín de platillos en finísima vajilla van apareciendo ante ti (foto 21).

Una vez terminada la cena, en muchos Ryokan ofrecen actividades diversas, concretamente yo asistí a una demostración de taiko, que son los tambores japoneses (foto 22).

Cuando regresas a la habitación, te encuentras que la mesita del centro, con las sillas sin patas ha sido trasladada y ahora hace las funciones de mesilla de noche, encima de ella nos han dejado un despertador, unos vasos y una jara-termo lleno de agua helada (yo fui en verano) y en el suelo la cama, bueno mejor dicho el futon, la almohada y el edredón. Toda una experiencia dormir en el, sobretodo levantarse si no se cuenta con buena condición física, como es mi caso (foto 23).

El desayuno, normalmente a escoger entre el desayuno japonés con arroz, pescado, sopa miso, etc… potente desayuno ya que allí se considera la comida mas importante del día o se puede optar por un desayuno occidental tradicional.


Si viajáis alguna vez a Japón, no os dejéis perder esta experiencia, un verdadero viaje al pasado. 

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Si hi ha una experiència que vaig viure al Japó, que em van fer sentir com si fos realment d’allà, sens dubte va ser allotjar als Ryokans.
 
A l’entrada sobre  els banys tradicionals japonesos 2ª part, els vaig nomenar, ara explicaré la seva història i com són en l’actualitat.

En el Període Nara (710-794), la gent viatjava a peu, el caminant va començar a buscar refugi per passar la nit, pel perillós que va començar a ser estar a la intempèrie. Al principi hi havia cases particulars que oferien allotjament gratuït, a aquestes cases se les va anomenar Fuseya, així mateix un grup de monjos budistes, ocasionalment, van començar a oferir allotjament als viatgers que ho necessitaven. En el Període Heinan (794-1185), es van crear els Shukubo traduït com "allotjament en un temple". Posteriorment en el Període Kamakura (1192-1333) van sorgir els Kichin-yado, que eren allotjaments on només es pagava la llenya que s’usava per escalfar el dormitori i per cuinar. Tots aquests establiments van ser els precursors del Ryokan.

En el Període Edo (1603-1868) també anomenat període Tokugawa per ser l’època en què van regnar els shoguns, es va crear la ruta Tokaido (foto 1 i 2) que amb 488 km. transcorria per la costa del Mar de l'Est, des de Kyoto, antiga capital imperial, a Edo que va ser la capital del primer shōgun, Tokugawa Ieyasu, i que és l'actual Tokyo. Va ser el camí més transitat, dels cinc que es van construir en aquesta època. Es calcula que el 1750 un milió i mig de persones a l’any el van recórrer i la quantitat va ser en augment amb els anys vinents. La majoria dels viatjants ho feien a peu, la gent amb diners anaven en Kago (foto 3), i també els daimyō o senyors feudals recorrien el camí com a mínim cada dos anys, aquests que ho devien de fer a cavall, anaven per retre comptes al shōgun, en canvi totes les mercaderies viatjaven per mar. Com es trigava unes dues setmanes a recórrer-lo de cap a cap, el govern va construir llocs de descans i avituallament així com llocs de control de viatgers, aquests llocs eren anomenats Shukuba. Sobre 1750 es creen de manera oficial els Ryokans o posades (foto 4).

Creats, en un principi, per allotjar viatgers per només una nit, i construïts a la manera tradicional de les cases de l’època, aquests establiments poc han canviat amb el temps. Adaptant-se a les comoditats actuals com aigua corrent, llum, televisió, etc ... han guardat l’estètica i costums dels seus inicis, però refinant al màxim a fi de poder albergar turisme de qualitat.

Primer dir que aquests establiments solen estar regentats per dones, que són les propietàries o les esposes dels propietaris. Elles reben el nom d'Okami. És tradició que aquests negocis siguin familiars, amb el que pot coincidir que fins a tres generacions treballin conjuntament. En aquest cas trobarem a la Okami, a l'Oo-kami (Gran Okami) i la Waka-Okami (Jove Okami). En el cas de no haver filla que hereti el lloc, es passa a la nora. Aquestes dones són les encarregades de rebre i acomiadar tots i cadascun dels hostes de casa, així com el control del funcionament del Ryokan. Es reserven als homes de la família dels treballs de manteniment i gestió, però amb el mínim contacte amb els clients.
A més de la Okami, al Ryokan, hi ha les Nakai-san que són les amables cambreres que després de rebre al viatger, juntament amb la Okami, l’acompanyen a la seva habitació carregant amb l’equipatge, els mostra les dependències, els ofereix les geta, que calçaran  per caminar per les zones comuns i després de servir el te de benvinguda, si cal els ajudarà a vestir el yukata. Posteriorment, i possiblement mentre l’hoste estigui prenent un bany al onsen o passejant pel jardí, aquestes cambreres transformaran la sala de l’habitació, en dormitori. Les tornarem a trobar servint el tradicional sopar anomenada kaiseki i al matí següent servint l’esmorzar. Evidentment també hi ha el personal de cuina, però ocult a la vista de l’hoste.

Ara que sabem quin personal trobarem allà, anem a endinsar-nos en un Ryokan.

Actualment enclavats en bucòlics paratges i la majoria en zones d’aigües termals, estan envoltats de bonics jardins. Solen estar construïts en fusta i com a molt tenen dos plantes d’altura (foto 5 i 6). Ens endinsem a l'ampli vestíbul, on hi ha la recepció i que també disposa d’una zona amb sofàs on els clients poden acomodar-se per passar una bona estona de conversa (foto 7). Allà ens esperaran la Okami i les Nakai-san (foto 8). En algun Ryokan, allí deixarem el nostre calçat dins unes taquilles, en altres podrem seguir amb les nostres sabates una estona més, i acompanyats per la cambrera ens dirigim a la nostra habitació, aquesta és més que un simple dormitori, normalment es pot ocupar per quatre o mes persones. Darrere d’una porta al sistema occidental, amb pany i clau, trobem l’espai anomenat agari-kamachi (foto 9), aquí si, definitivament abandonarem el nostre calçat, si no ho hem fet ja en el vestíbul. Espai proveït d’un petit armari sabater, dóna pas a la resta de les dependències, totes elles a un nivell lleugerament superior. A partir d’aquí, normalment, totes les portes que trobem a l’habitació seran corredisses, es diuen Shoji si estan confeccionades amb paper washi translúcid i fusuma si són de paper opac, i acabades amb un marc de fusta (foto 10). Entrem al washitsu que és l’habitació a on   podem observar l’escassetat de mobiliari i la sobrietat de la decoració. Aquí us deixo un esquema dels elements que conformen una habitació stàndar en un Ryokan i alguna foto (foto 11, 12 i 13).
El terra està cobert per tatamis. Confeccionats amb palla seca d’arròs trenada, coberta amb fibra de jonc i rivetejades amb cinta verda o amb brocat, és el millor terra per trepitjar descalços, seure en coixins i dormir amb solament un futon entre el tatami i el cos. A més de d’agradable aroma que desprèn, com si estiguessis enmig d’un prat, és un gran aïllant acústic i tèrmic (foto 14).
A sobre del tatami trobarem una taula baixa al mig de la sala, amb quatre cadires sense potes o simplement coixins per seure. Els noms de tots aquests elements els trobareu en l’esquema.
A un costat de l’habitació trobarem el tokonoma, és l’element més important de la sala. A forma d’altar, però sense connotació religiosa, allà s’exposaran els elements més preuats. Lleugerament elevat del terral, tan sols uns centímetres, observarem a la paret el kakemono, que és un pergamí amb una pintura o amb cal · ligrafia i sobre el tatami del tokonoma haurà, normalment, un Ikebana (foto 15). Ikebanes podrem trobar-los en diverses estances del Ryokan, recepció, menjadors, passadissos, etc ....
Seguint a l’habitació, després de unes altres portes corredisses ens trobarem una terrassa coberta anomenada engawa, amb una taula i dues cadires, aquestes són altes, com d’estil occidental, en un extrem hi pot haver un petit tocador (foto 16).
A la zona de bany i w.c. cal accedir amb unes sabatilles que són d’ús exclusiu per a aquesta zona. En una dependència trobarem el ofuro o banyera, al wc en una altra dependència annexa i el lavabo en una altra.

En entrar, la nostra Nakai-san ens demanarà que ens asseguem a la tauleta del mig de la sala, ens servirà un te amb un pastisset i ens proporcionarà una tovalloleta humida que farà de tovalló (foto 17). Ens deixarà per gaudir d’aquesta deliciosa rebuda i l’estoneta tornarà per ajudar-nos a vestir el yukata, espècie de kimono senzill de cotó i el tanzen, que és com una jaqueta. Potser als japonesos no els facin cap falta les seves destres maniobres, però per als occidentals és àrdua tasca el col · locar-se aquesta vestimenta i sense elles seria missió impossible (foto 18). També ens oferiran uns tabi, que són aquests curiosos mitjons que separen el dit gros del peu de la resta dels seus companys, ideals per calçar després les geta, si ens ve de gust passejar pels jardins o sortir a fer un volt per la zona. Si, una vegada que estas vestit amb el yukata, és ja la roba que usaràs fins que marxis del Ryokan (foto 19). Abans de sopar t’aconsellen que vagis a prendre un bany a l’ansen, d’aquesta activitat no us parlo doncs ja ho vaig fer l’entrada sobre els banys tradicionals japonesos 2ª part (foto 20).

Després de la relaxant activitat, el sopar es pot prendre a la mateixa habitació o al menjador si viatges amb un grup. El sopar és tot un espectacle culinari. Ve a ser el que aquí anomenem "menú degustació", compost per molts petits plats elaborats antigament a les cuines imperials i canviant depenent de l’època de l’any, però bàsicament compost per entre 6 i 15 aliments diferents que seran únics i no es repetiran en cap altre plat, cada un amb detalls de guarnició summament elegants. Sopa miso, adobats, verdures, peix cru i a la graella, arròs, aliments al vapor, carn marinada i així una infinitat de platerets en finíssima vaixella van apareixent davant teu (foto 21).

Un cop acabat el sopar, en molts Ryokan ofereixen activitats diverses, concretament jo vaig assistir a una demostració de taiko, que són els tambors japonesos (foto 22).

Quan tornes a l’habitació, et trobes que la tauleta del centre, amb les cadires sense potes ha estat traslladada i ara fa les funcions de tauleta de nit, a sobre d'ella ens han deixat un despertador, uns gots i un jerro-termo ple de aigua gelada (jo vaig ser a l’estiu) i en el terra el  llit, bé millor dit el futon, el coixí i l’edredó. Tota una experiència dormir al terra, sobretot aixecar-se si no es compta amb bona condició física, com és el meu cas (foto 23).

L’esmorzar, normalment a escollir entre l’esmorzar japonès amb arròs, peix, sopa miso, etc ... potent esmorzar ja que allí es considera el menjar més important del dia o es pot optar per un esmorzar occidental tradicional.

Si viatgeu alguna vegada al Japó, no us deixeu perdre aquesta experiència, un veritable viatge al passat.
  

dijous, 13 de juny del 2013

El lúgubre y triste Mar de Árboles


En català desprès de les fotos.

En mi primera entrada sobre el Fujisan, os hable del bosque que lo circunda,  llamado Aokigahara 青木ヶ原,  os lo describí como frondoso, misterioso y escabroso, hoy hablaremos de el.

Conocido también como Jukai (Mar de Árboles)  cuenta con 3.000 hectáreas (foto 1). Tres mil hectáreas llenas de misterios y visiones macabras.

Hace ya más de mil años se escribieron poemas sobre Aokigahara,  describiéndolo como endemoniado y maldito. Más tarde en la época feudal japonesa, siglo XIX, el país fue azotado por grandes epidemias y hambrunas, las familias más miserables abandonaban en este bosque a niños y ancianos a su suerte, por no poderlos alimentar. De estos actos surgieron infinidad de historias sobre que el bosque estaba lleno de almas en pena, allí llamadas “Yurei” y que perseguían a todo el que se adentrara en el. Y si todo esto no fuera suficiente, para aumentar la “fama” del poblado y oscuro bosque, en 1960 se publicó la novela de Matsumoto Seicho, Nami no Tou, donde los dos amantes del relato se quitaban la vida en este bosque. Wataru Tsurumi, en 1993 publicó un manual para el  suicidio, donde recomendaba este lugar para el último viaje.

En Japón el tema del suicidio no está tan estigmatizado como lo pueda estar en occidente, al ser budistas en su gran mayoría, ellos lo ven como el pasaje a otra vida terrenal. Envuelto en un trágico romanticismo solo hay que recordar la práctica del  “sepukku” (harakiri) (foto 2) por parte de los samurais,  del  “oibara” por los discípulos para seguir a su maestro fallecido a otra vida  y del “jigai” (foto 3) entre las mujeres nobles tras el fallecimiento de sus esposos.

Entonces no es de extrañar que el lugar escogido por  gran parte de los suicidas sea precisamente Aokigahara.  Quizás les atraiga la idea de dejar esta vida a los pies del su volcán sagrado, o que el bosque es tan denso que la privacidad para el acto es total. Por otra parte, morir voluntariamente en el Mar de Árboles, es gratis, no lo es en otros lugares, donde la familia del suicida tendrá que sufragar los gastos e indemnizaciones  por los perjuicios que se hayan podido causar. No quiero entrar en detalles pero solo pensad en las indemnizaciones por retrasos de trabajadores por un parón en el tren o en el metro.
Por otro lado están los que mueren involuntariamente, que también los hay. Parece que  en el subsuelo de está zona, en la profundidad de la montaña, hay gran cantidad de hierro, con lo que las brújulas comunes, enloquecen y muchos excursionistas no logran salir de el.  El turismo ha sido limitado solo a zonas vigiladas. (foto 4)
No está prohibido pasear por el bosque y si se pueden ver cantidad de letreros advirtiendo del peligro que conlleva (foto 5) y otros letreros disuasorios, donde se puede leer por ejemplo: “Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo” (foto 6) o “Por favor reconsidere su decisión”. Los hay que se arriesgan a adentrarse en el  con la misión de “buscar el tesoro”, joyas, carteras, tarjetas de crédito y otras pertenencias de los fallecidos son este “tesoro”. Un director de cine, que se adentró con la misión de buscar localizaciones para su próxima película, encontró una cartera con el equivalente a 3700 euros.

Y aun siendo un bosque maldito y encantado, hay personas que deben trabajar en el, guardas forestales y guías tienen como labor la localización y custodia de los cuerpos que el bosque esconde. Cuerpos que a veces son encontrados por excursionistas ya que cada año unas 100 personas deciden terminar allí su vida. En la actualidad se desconoce cuantos cuerpos mas puede haber por descubrir.

Os he puesto alguna foto del Mar de Árboles (foto 7, 8 y 9), pero como no era mi intención hacer de esta entrada nada macabro, me he limitado a paisajes y letreros. Si estáis interesados en ver “algo más” solo tenéis que poner   “Aokigahara” en Google imágenes y allí podréis encontrar terribles instantáneas.


FOTO 1

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En la meva primera entrada sobre el Fujisan os vaig parlar del bosc que l’envolta, anomenat Aokigahara 青木 , us ho vaig descriure com frondós, misteriós i escabrós, avui parlarem d'ell.

Conegut també com Jukai (Mar de Arbres) té 3.000 hectàrees
(foto 1). Tres mil hectàrees plenes de misteris i visions macabres.

Ja fa més de mil anys es van escriure poemes sobre Aokigahara, descrivint-lo com endimoniat i maleït. Més tard en l’època feudal japonesa, segle XIX, el país va ser castigat per grans epidèmies i fams, les famílies més miserables abandonaven en aquest bosc a nens i ancians a la seva sort, per no poder-los alimentar. D’aquests actes van sorgir infinitat d’històries sobre que el bosc era ple d’ànimes en pena, allà anomenades "Yurei" i que perseguien tot el que s’endinsés en ell. I si amb tot això no en hagués prou, per augmentar la "fama" del poblat i fosc bosc, el 1960 es va publicar la novel · la de Matsumoto Seicho, Nami no Tou, on els dos amants del relat es treien la vida en aquest bosc. Wataru Tsurumi, el 1993 va publicar un manual per al suïcidi, on recomanava aquest lloc per a l’últim viatge.

Al Japó el tema del suïcidi no està tan estigmatitzat com ho pugui estar en occident, en ser budistes en la seva gran majoria, ells ho veuen com el passatge a una altra vida terrenal. Embolicat en un tràgic romanticisme només cal recordar la pràctica del "sepukku" (harakiri) (foto 2) per part dels samurais, del "oibara" pels deixebles per seguir al seu mestre mort a una altra vida i del "jigai" ( foto 3) entre les dones nobles després de la mort dels seus marits.

Llavors no és d’estranyar que el lloc escollit per gran part dels suïcides sigui precisament Aokigahara. Potser els atregui la idea de deixar aquesta vida als peus del seu volcà sagrat, o que el bosc és tan dens que la privacitat per l’acte és total. D’altra banda, morir voluntàriament al Mar d'Arbres, és gratis, no ho és en altres llocs, on la família del suïcida haurà de sufragar les despeses i indemnitzacions pels perjudicis que s’hagin pogut causar. No vull entrar en detalls però només penseu en les indemnitzacions per retards de treballadors per una aturada al tren o al metro.
D’altra banda hi ha els que moren involuntàriament, que també n’hi ha. Sembla que en el subsòl d’aquesta zona, en la profunditat de la muntanya, hi ha gran quantitat de ferro, de manera que les brúixoles comuns, embogeixen i molts excursionistes no aconsegueixen sortir-ne. El turisme ha estat limitat només a zones vigilades. (Foto 4)
No està prohibit passejar pel bosc i si es poden veure quantitat de rètols advertint del perill que comporta (foto 5) i altres rètols dissuasoris, on es pot llegir per exemple: "La teva vida és valuosa i t’ha estat atorgada pels teus pares. Si us plau, pensa en ells, en els teus germans i fills. Si us plau, busca ajuda i no travessis aquest lloc sol " (foto 6) o" Si us plau reconsideri la seva decisió ". N’hi ha que s’arrisquen a endinsar-se al amb la missió de "buscar el tresor", joies, carteres, targetes de crèdit i altres pertinences dels morts són aquest "tresor". Un director de cinema, que es va endinsar amb la missió de buscar localitzacions per a la seva pròxima pel · lícula, va trobar una cartera amb l’equivalent a 3700 euros.

I tot i ser un bosc maleït i encantat, hi ha persones que han de treballar-hi, guardes forestals i guies tenen com tasca la localització i custòdia dels cossos que el bosc amaga. Cossos que de vegades són trobats per excursionistes ja que cada any unes 100 persones decideixen acabar allí la seva vida. En l’actualitat es desconeix quants cossos més pot haver per descobrir.

Us he posat alguna foto del Mar d'Arbres (foto 7, 8 i 9), però com no era la meva intenció fer d’aquesta entrada res macabre, m’he limitat a paisatges i rètols. Si esteu interessats en veure "alguna cosa més" només heu de posar "Aokigahara" a Google imatges i allà podreu trobar terribles instantànies.