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diumenge, 8 de desembre del 2013

Costumbres escolares.

En la entrada que os escribí sobre la curiosa mochila escolar llamada Randoseru o Randosel os dije que haría una entrada complementaria donde os contaría sobre las alarmas que se suelen colgar de estas mochilas y también sobre los “caminos de escuela”. Aprovecharé, también, para añadir el tema del sistema de limpieza en las escuelas de Japón.
Los alumnos durante toda la 小学校 Shōgakkō (enseñanza primaria) ósea desde primero hasta sexto, deben ir solos a la escuela. Los padres no deben acompañarlos, no es que haya una ley específica que prohíba a los padres acompañarlos, más bien es  una costumbre controlada por las escuelas y el municipio. 
Las asociaciones de vecinos, centros escolares, policía local y ayuntamiento planifican puntos de encuentro y rutas seguras para los escolares. 
Todos los alumnos de primero hasta sexto quedan a primera hora de la mañana en el punto de encuentro de su barrio y hacen el camino juntos.
Cada alumno tiene un compañero asignado. Los más mayores se hacen responsables de los más pequeños, así se fomenta la conciencia de la protección en grupo.





Algún padre de la Asociación de Padres puede hacer parte del camino, alguna vez, para confirmar que todo está correcto. Existe en el país una norma que dictamina que ningún escolar debe tener su escuela a más de 4 kilómetros de su domicilio, aunque en zonas rurales es difícil de aplicar, en estos casos usan el transporte publico, pero siempre en grupo.

En los cruces peligrosos, hay policía asignada, vigilantes de barrio y voluntarios, que suelen ser adultos jubilados, para velar por la seguridad de los niños.


De todas maneras todos los niños empiezan a estudiar seguridad viaria a partir de los tres años y saben que antes de cruzar deben levantar los brazos para hacerse mas visibles.
Para mayor seguridad, muchos niños cuelgan de sus mochilas unas pequeñas alarmas que pueden usar en caso de sentirse amenazados.

 La potencia de estas alarmas es de 93 decibelios, con lo que se oyen hasta cien metros de distancia. Cualquier ciudadano que oye sonar una de estas alarmas acude de inmediato a socorrer al pequeño que lo necesite. A los niños se les educa para que no la usen inadecuadamente.  Así mismo en el camino hay varias casas marcadas con el número # 110 donde se les dará auxilio y protección en caso necesario.

A partir de la enseñanza secundaria los alumnos pueden optar por ir a la escuela en bicicleta.

Si hay una norma que prohíbe que los padres usen el transporte privado para recoger a sus hijos a la salida del centro escolar. Los alumnos suelen volver a casa con un grupo de amigos, puesto que como cada curso termina a horas diferentes no se puede efectuar la vuelta de la misma manera que la ida. Algunos padres los esperan a medio camino.

En el caso del traslado hacia las actividades extraescolares, si que los padres deben involucrarse un poco mas, pero por el tema de la ordenanza que existe en muchas ciudades que marca una especie de “toque de queda” para los menores. 
Los alumnos de primaria no pueden ir solos, sin un adulto, por la calle a partir de media tarde, variando la hora en verano y en invierno. Así mismo deben ir identificados con el uniforme de la escuela, si es un centro privado o la gorra amarilla de las escuelas publicas. Todo menor de 12 años debe estar en casa antes de las 10 de la noche, si pasada esta hora está en la calle aunque lo haga con un adulto responsable acompañándolo, podrá ser  interpelado del porque por la policía. 

Los centros escolares japoneses carecen de servicio de limpieza. Son los alumnos, profesores y demás empleados, con la colaboración de los padres un par de veces al año, que realizan estos menesteres. Los profesores se hacen cargo de la sala de ordenadores y de sus dependencias, los alumnos limpian sus aulas, pasillos y baños. Los trabajos son realizados por grupos y a diario.  



"La educación no es sólo enseñar asignaturas, sino también la cooperación con los demás, la ética, el sentido de responsabilidad, y de la moralidad pública. Hacer las tareas de limpieza contribuye a esto", dice Katsko Takahashi, miembro de la Junta de Educación en Nanae, una ciudad suburbana en Hokkaido. "Además, si los estudiantes la lían, saben que tendrán que limpiarlo. Así que, naturalmente, tratan de mantener las cosas limpias." 








Un residente japonés en Barcelona, Hiroshi, fue a la escuela de su hija para dar una conferencia sobre el carácter japonés, para padres y alumnos. Entre otras cosas les contó que una de las características mas alabadas por otros pueblos es su gran urbanidad.  Les explicó que hace unos años lo visito su madre y que cuando llegó al aeropuerto de El Prat, vio papeles en el suelo y empezó a recogerlos, cuando Hiroshi le dijo que no hacia falta que lo hiciera ella le preguntó el porque la gente tiraba papeles al suelo, pobre señora no lo entendía.  El reflexiono sobre esto y cayo en la cuenta de que ellos aprenden urbanismo en la escuela haciendo la limpieza. Les contó que posiblemente por este motivo, cuando en el país hay un desastre o una emergencia, la gente se comporta civilizadamente,  se respetan las colas en los supermercados, no hay saqueos, se ayudan los unos a los otros en todo lo que pueden, etc…..

Particularmente creo que el hecho de caminar juntos a la escuela, cuidando los unos de los otros, también les marca para su vida adulta. Esta claro que desde bien pequeños aprenden que el bien común prevalece sobre el bien particular y así lo demostraron en la tragedia que sufrieron en 2011 con el tsunami, actitud y comportamiento que dejo con la boca abierta al resto del mundo.  



Y ahora que hablamos del tsunami del 2011, os emplazo a que próximamente leáis sobre como se entrenan los alumnos y las familias para mitigar los efectos  de los desastres naturales tan frecuentes en el país del sol naciente. 



A l’entrada que us vaig escriure sobre la curiosa motxilla escolar anomenada Randoseru o Randosel us vaig dir que faria una entrada complementària on us explicaria sobre les alarmes que se solen penjar d’aquestes motxilles i també sobre els " camins d’escola". Aprofitaré, també, per afegir el tema del sistema de neteja a les escoles de Japó.
Els alumnes durant tota la 小学校 Shōgakkō (ensenyament primari) òssia des de primer fins a sisè, han d’anar sols a l’escola. Els pares no han de acompanyar-los, no és que hi hagi una llei específica que prohibeixi als pares acompanyar-los, més aviat és un costum controlat per les escoles i el municipi.
Les associacions de veïns, centres escolars, policia local i ajuntament planifiquen punts de trobada i rutes segures per als escolars. 

Tots els alumnes de primer fins a sisè queden a primera hora del matí en el punt de trobada del seu barri i fan el camí junts.
 Cada alumne té un company assignat. Els més grans es fan responsables dels més petits, així es fomenta la consciència de la protecció en grup.





  Algun pare de l’associació de pares pot fer part del camí, alguna vegada, per confirmar que tot està correcte. Hi ha al país una norma que dictamina que cap escolar ha de tenir la seva escola a més de 4 quilòmetres del seu domicili, encara que en zones rurals és difícil d’aplicar, en aquests casos usen el transport públic, però sempre en grup .

En les cruïlles perilloses, hi ha policia assignada, vigilants de barri i voluntaris, que solen ser adults jubilats, per vetllar per la seguretat dels nens.


 De tota manera tots els nens comencen a estudiar seguretat viària a partir dels tres anys i saben que abans de creuar han d’aixecar els braços per fer-se més visibles.
Per a més seguretat, molts nens pengen de les seves motxilles unes petites alarmes que poden usar en cas de sentir amenaçats.

 La potència d’aquestes alarmes és de 93 decibels, amb el que se senten fins a cent metres de distància. Qualsevol ciutadà que sent-hi sonar una d’aquestes alarmes va immediatament a socórrer el petit que ho necessiti. Als nens se’ls educa perquè no la usin inadequadament. Així mateix en el camí hi ha diverses cases marcades amb el número # 110 on se’ls donarà auxili i protecció en cas necessari.

A partir de l’ensenyament secundari els alumnes poden optar per anar a l’escola amb bicicleta .

Si hi ha una norma que prohibeix que els pares facin servir el transport privat per recollir els seus fills a la sortida del centre escolar. Els alumnes solen tornar a casa amb un grup d’amics , ja que com cada curs acaba a hores diferents no es pot efectuar la tornada de la mateixa manera que l’anada. Alguns pares els esperen a mig camí.

En el cas del trasllat cap a les activitats extraescolars, si que els pares han d’involucrar una mica més, però pel tema de l’ordenança que hi ha en moltes ciutats que marca una mena de "toc de queda" per als menors.
Els alumnes de primària no poden anar sols, sense un adult, pel carrer a partir de mitja tarda, variant l’hora a l’estiu i al hivern. Així mateix han d’anar identificats amb l’uniforma de l’escola, si és un centre privat o la gorra groga de les escoles publiques. Tot menor de 12 anys ha d’estar a casa abans de les 10 de la nit, si passada aquesta hora està al carrer encara que ho faci amb un adult responsable acompanyant, podrà ser interpel•lat del perquè per la policia.

Els centres escolars japonesos no tenen servei de neteja. Són els alumnes, professors i altres empleats, amb la col•laboració dels pares un parell de cops l’any, que realitzen aquestes tasques. Els professors es fan càrrec de la sala d’ordinadors i de les seves dependències, els alumnes netegen les seves aules, passadissos i banys. Els treballs són realitzats per grups i diàriament. 



"L’educació no és només ensenyar assignatures, sinó també la cooperació amb els altres, l’ètica, el sentit de responsabilitat, i de la moralitat pública. Fer les tasques de neteja contribueix a això", diu Katsko Takahashi, membre de la Junta de educació en Nanae, una ciutat suburbana a Hokkaido. "A més, si els estudiants embruten, saben que hauran de netejar-lo. Així que, naturalment, tracten de mantenir les coses netes. " 








Un resident japonès a Barcelona, Hiroshi, va anar a l’escola de la seva filla per donar una conferència sobre el caràcter japonès, per a pares i alumnes. Entre altres coses els va explicar que una de les característiques més lloades per altres pobles és la seva gran urbanitat. Els va explicar que fa uns anys el visità la seva mare i que quan va arribar a l’aeroport del Prat, va veure papers a terra i va començar a recollir-los, quan Hiroshi li va dir que no calia que ho fes ella li va preguntar el perquè la gent tirava papers a terra, pobre senyora no ho entenia. Ell va reflexionar sobre això i va caure en el compte que ells aprenen urbanisme a l’escola fent la neteja. Els va explicar que possiblement per aquest motiu, quan al país hi ha un desastre o una emergència, la gent es comporta civilitzadament, es respecten les cues als supermercats, no hi ha saquejos, s’ajuden els uns als altres en tot el que poden, etc .....

Particularment crec que el fet de caminar junts a l’escola, cuidant els uns dels altres, també els marca per la seva vida adulta. Està clar que des de ben petits aprenen que el bé comú preval sobre el bé particular i així ho van demostrar en la tragèdia que van patir el 2011 amb el tsunami, actitud i comportament que va deixar bocabadats a la resta del món. 



I ara que parlem del tsunami del 2011, us emplaço a que pròximament llegiu sobre com s’entrenen els alumnes i les famílies per mitigar els efectes dels desastres naturals tan freqüents al país del sol naixent. 





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