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diumenge, 22 de novembre del 2015

FUKUSUKE

Hoy os traigo una nueva entrada sobre amuletos de Japón, hoy hablaremos de FUKUSUKE.



Recordad que hay varias entradas con la historia de diversos amuletos que podéis leer  AQUI.

Aunque el origen de Fukusuque no esta muy claro, una de las versiones sobre su origen dice  que representa a un afortunado mercader de Kioto que vivió durante el extenso período  Edo (1603 – 1868). Como parece que tuvo mucho éxito en sus negocios fue adoptado como amuleto por los comerciantes a fin que su éxito y buena fortuna se les contagiara. 



Usualmente va vestido como un samurai con el traje llamado “kamishimo” de grandes hombreras y falda-pantalón con pliegues.
Lo representan con la cabeza y las orejas exageradamente grandes a proporción de su cuerpo y es que antiguamente tener las orejas grandes era sinónimo de riqueza.  Cariñosamente le llaman Fukumimi (mimi es oreja en japonés).
Los muñecos más antiguos están sentados sobre un cojín llamado “zabuton” y en posición “seiza” que es la forma más formal de sentarse en Japón,



mas tarde se representaron en otras posiciones.
  




En alguna ocasión se representa junto a su esposa Ofuku que a su vez es considerada por ella misma un amuleto protector del hogar,



y o con su hija Fukumusume, aunque no es tan corriente.



Hay otras versiones sobre su origen, otra de ellas dice que es la representación del dios de la suerte Fuku no kami 


y otra versión es que representa a un granjero llamado Sataro que viajo desde el campo hasta la ciudad de Edo, actual Tokio, sobre el año 1800 y que al parecer tuvo mucha fortuna.

La imagen de Fukusuke la podemos encontrar en diversos artículos a forma de logotipo. 




Relacionado con Fukusuke he encontrado una curiosa historia, Haga Toyotaka era conocido familiarmente por Sendai Shiro, Sendai por su ciudad de nacimiento y Shiro por ser el cuarto hijo de la familia. Nacido a finales del siglo 19 con una discapacidad intelectual, hablaba muy pocas palabras pero siempre sonreía. A diario paseaba por su ciudad entrando en todos los negocios con su sonrisa. Se dice que en los negocios que le negaron la entrada, los temas financieros empezaron a ir mal, en cambio en los lugares donde fue bien recibido, donde le invitaban a comer o le regalaban artículos, la fortuna se instaló allí. A su muerte se empezó a creer que había sido como un dios de la fortuna convirtiendo su imagen en amuleto.