El reino de los cielos estaba bajo el mandato del rey Tentei, este tenía una hija llamada Orihime. Esta se dedicaba a tejer esplendidas telas, se la conocía como la Princesa Tejedora. Siempre trabajaba en la orilla del río Amanogawa, lo hacia duramente todo el día y toda la noche y día tras día, de su telar salían magnificas telas para su padre, el rey. Trabajaba tanto que no tenía tiempo para conocer a nadie y estaba triste por no haber podido encontrar el amor.
En la otra orilla del río Amanogawa había siempre un laborioso pastor de bueyes, su nombre era Hikoboshi, no había en todo el reino pastor más responsable que él.Tentei, preocupado por la tristeza de su hija, un día le presentó al pastor. (foto 1)Se enamoraron así que se vieron y al poco tiempo se casaron. Al principio el rey Tentei era transigente con los recién casados, pues disfrutaban tanto de su compañía mutua que descuidaban un poco sus labores, pero con el tiempo Orihime dejo de tejer y a Hikoboshi se le escapó el rebaño esparciéndose por todo el reino celestial. Tentei enfureció y como rey celestial ordenó que cada uno permaneciera en una orilla del río, así separados, cada uno volvería a sus obligaciones y prohibió que estuvieran juntos nunca más.Orihime no podía soportar la separación de su marido y suplicó al rey poderle ver una vez mas. Tentei que a parte de ser el rey, también era padre, no podía ver tanto sufrimiento por parte de su hija y le concedió el deseo de verse una vez cada año, siempre y cuando hubiera terminado con la tela que tuviera en el telar. La fecha que dispuso el rey fue el séptimo día del séptimo mes.Llegó la fecha tan deseada por la pareja, pero pronto se dieron cuenta de que no podrían estar juntos puesto que ya no había ningún puente sobre el río Amanogawa.En los días siguientes Orihime lloro tanto que conmovió a una bandada de garzas, que se ofrecieron a formar un puente con sus alas para que los amantes se pudieran reunir. Prometieron regresar el próximo séptimo día del séptimo mes y todos los demás, siempre y cundo no lloviera, y al año siguiente cumplieron su promesa y lo siguen haciendo cada año desde entonces, siempre que no llueva*.(foto 2)
THE END
Si esto fuera una película, ahora vendrían los créditos del elenco de actores, y si esto fuera una película, este sería:
Orihime, la princesa tejedora…….Vega, estrella de la constelación de la Lyra.
Hikoboshi, el pastor de bueyes…..Altair, estrella de la constelación de la Aquila.
Amanogawa, el río………………………..La Vía Láctea.
Los bueyes…………………………………….Estrellas menores.
Esta romántica historia, fue adoptada y adaptada por Japón en la época del periodo Heian (794 a 1185) y se relataba y festejaba en el palacio imperial de Kyoto. En la Era Edo (1603 a 1868) se convirtió en un festival y se extendió al pueblo.
El origen de este cuento o leyenda, como tantas otras cosas en el imperio del crisantemo, es chino. Para ellos esta historia, con algunas variaciones, se llama Qi xi o lo que es lo mismo La noche de los sietes.
En la antigua astronomía china y japonesa, la constelación de Lyra se llamaba La tejedora y la constelación de Aquila, era la del Pastor de bueyes. Cada una de estas constelaciones tiene como estrella principal a Vega y a Altair, estas dos constelaciones están separadas por la Vía Láctea y el séptimo día del séptimo mes, es cuando están más cercanas. (foto 3)
Ahora que ya vemos la relación entre el cuento y la astronomía, vamos a por la fiesta.
En el momento que se empezó a celebrar por el pueblo japonés, se unieron diferentes costumbres. Por una parte se celebraba el Festival para la suplica de habilidades, este consistía en pedir a los dioses ser habilidosas en la artesanía y en la costura, por parte de las chicas, y tener buena caligrafía, por parte de los chicos. Estos deseos se transmitían a los dioses por mediación de unos pequeños papeles donde se escribían las peticiones. Así mismo se celebraba una ceremonia sintoísta para pedir protección para los arrozales y para una buena cosecha de otoño. En esta ceremonia una monja tejía una tela que era ofrecida a los dioses, dicha tela era llamada TANABATA. Gradualmente se fueron mezclando, de una quedó el nombre, de otra la costumbre de escribir deseos en papelitos y de la tercera la bella historia de amor.
Actualmente se celebran grandes festivales, diferentes en cada región, con desfiles callejeros (foto 4), elección de miss Tanabata (foto 5), mercadillos populares (foto 6), juegos de calle, concursos de decoración de calles y locales comerciales (foto 7 y 8), etc… la gente escribe sus deseos en papelitos de colores, llamados tanzaku y que cuelga de los árboles o de ramas de bambú que se colocan para ese menester, por todas partes (foto 9 y 10). A media noche o al día siguiente los papelitos y las ramas de bambú se depositan en las aguas de algún río o se les prenden fuego, para que las peticiones lleguen a los dioses. Para estos festivales se suelen hacer convocatorias a los ilustradores locales, a fin de que preparen los carteles anunciadores de los actos. El cartel de la foto 11 lo presentó el ilustrador catalán afincado en Japón, Isaac Zamora i Sitjà, en 2012, no ganó la convocatoria pues es evidente que los gustos estéticos, en cuestión de carteles, es muy diferente entre oriente y occidente, el cartel de la foto 12 fue el ganador. A mi particularmente me gusta mas el de mi paisano, pues refleja mucho mejor, a mi humilde entender, el espíritu de la festividad.
Por supuesto por la noche, los japoneses, observan el cielo para ver como Orihime y Hikoboshi se reúnen de nuevo (foto 13). Desgraciadamente los amantes están expuestos a las condiciones meteorológicas y siempre que no llueva* será posible y visible su encuentro. En caso de lluvia, la leyenda dice que el río crece y esto impide que las garzas puedan formar el puente. Si esto ocurre se le llama la lluvia de las lágrimas.
Esta es la canción que se canta en este día:
Las hojas de bambú susurran meciéndose en el alero del tejado.
Las estrellas brillan en los granos de arena dorados y plateados.
Las tiras de papel de cinco colores ya las he escrito.
Las estrellas brillan y nos miran desde el cielo.
Yo estuve en Japón en el Tanabata de hace tres años, pero como no sabia la historia, simplemente plasmé mis peticiones en un tanzaku y lo até a un bambú del centro comercial que visitamos (foto 14). No recuerdo si esa noche llovió, pero no me extrañaría nada puesto que el séptimo día del séptimo mes cae en pleno tsuyu, temporada de lluvias, en el país del sol naciente. (foto 15)
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Foto 15 TANABATA EN TODOS LOS TIEMPOS |
El regne dels cels estava sota el mandat del rei Tentei, aquest tenia una filla anomenada Orihime. Aquesta es dedicava a teixir esplèndides teles, se la coneixia com la Princesa Teixidora. Sempre treballava a la vora del riu Amanogawa, ho feia durament tot el dia i tota la nit i dia rere dia, del seu teler sortien magnífiques teles per al seu pare, el rei. Treballava tant que no tenia temps per conèixer a ningú i estava trista per no haver pogut trobar l’amor.A l’altra vora del riu Amanogawa havia sempre un laboriós pastor de bous, el seu nom era Hikoboshi, no hi havia en tot el regne pastor més responsable que ell.Tentei, preocupat per la tristesa de la seva filla, un dia li va presentar al pastor. (foto 1)Es van enamorar així que es van veure i al poc temps es van casar. Al principi el rei Tentei era transigent amb els nuvis, ja que gaudien tant de la seva companyia mútua que descuidaven una mica les seves tasques, però amb el temps Orihime va deixar de teixir i a en Hikoboshi se li va escapar el ramat escampant-se per tot el regne celestial. Tentei enfurismar i com a rei celestial va ordenar que cadascun romangués en una vora del riu, així separats cadascun tornaria a les seves obligacions i va prohibir que estiguessin junts mai mes.Orihime no podia suportar la separació del seu marit i va suplicar al rei poder veure’l una vegada mes. Tentei que a part de ser el rei, també era pare, no podia veure tant patiment per part de la seva filla i li va concedir el desig de veure’l una vegada cada any, sempre i quan hagués acabat amb la tela que tingués al teler. La data que va disposar el rei va ser el setè dia del setè mes.Va arribar la data tan desitjada per la parella, però aviat es van adonar que no podrien estar junts ja que ja no hi havia cap pont sobre el riu Amanogawa.En els dies següents Orihime va plorar tant que va commoure un estol de garses, que es van oferir a formar un pont amb les seves ales perquè els amants es poguessin retrobar. Van prometre tornar l'setè dia del setè mes i tots els altres, sempre i quant no plogués, i l’any següent van complir la seva promesa i ho segueixen fent cada any des de llavors, sempre que no plogui *. (foto 2)
THE END
Si això fos una pel•lícula, ara vindrien els crèdits de l’elenc d’actors, i si això fos una pel•lícula, aquest seria:
Orihime, la princesa teixidora ....... Vega, estrella de la constel•lació de la Lyra.
Hikoboshi, el pastor de bous ..... Altair, estrella de la constel•lació de la Aquila.
Amanogawa, el riu ............................. La Via Làctia.
Els bous ........................................... Estrelles menors.
Aquesta romàntica història, va ser adoptada i adaptada per Japó a l’època del període Heian (794-1185) i es relatava i festejava al palau imperial de Kyoto. En l’era Edo (1603-1868) va esdevenir un festival i es va estendre al poble.
L’origen d’aquest conte o llegenda, com tantes altres coses en l’imperi del crisantem, és xinès. Per a ells aquesta història, amb algunes variacions, es diu Qi xi o el que és el mateix La nit dels sets.
A l’antiga astronomia xinesa i japonesa, la constel•lació de Lyra es deia La teixidora i la constel•lació d'Aquila, era la del Pastor de bous. Cadascuna d’aquestes constel•lacions té com a estrella principal a Vega i a Altair, aquestes dues constel•lacions estan separades per la Via Làctia i el setè dia del setè mes, és quan estan més properes. (foto 3)
Ara que ja veiem la relació entre el conte i l’astronomia, anem a per la festa.
En el moment que es va començar a celebrar pel poble japonès, es van unir diferents costums. D’una banda es celebrava el Festival per la suplica d’habilitats, aquest consistia en demanar als déus ser hàbils en l’artesania i en la costura, per part de les noies, i tenir bona cal•ligrafia, per part dels nois. Aquests desitjos es transmetien als déus per mediació d’uns petits papers on s’escrivien les peticions. Així mateix es celebrava una cerimònia sintoista per demanar protecció per als arrossars i per a una bona collita de tardor. En aquesta cerimònia una monja teixia una tela que era oferta als déus, aquesta tela era cridada Tanabata. Gradualment es van anar barrejant, d’una va quedar el nom, d’una altra el costum d’escriure desitjos en paperets i de la tercera la bella història d’amor.
Actualment es celebren grans festivals, diferents en cada regió, amb desfilades de carrer (foto 4), elecció de miss Tanabata (foto 5), mercats populars (foto 6), jocs de carrer, concursos de decoració de carrers i locals comercials (foto 7 i 8) , etc ... la gent escriu els seus desitjos en paperets de colors, anomenats tanzaku i que penja dels arbres o branques de bambú que es col•loquen per a aquest menester, per tot arreu (foto 9 i 10). A mitjanit o l’endemà els paperets i les branques de bambú es dipositen a les aigües d’algun riu o els calen foc, perquè les peticions arribin als déus. Per a aquests festivals es solen fer convocatòries als il•lustradors locals, a fi que preparin els cartells anunciadors dels actes. El cartell de la foto 11 el va presentar l’il•lustrador català establert al Japó, Isaac Zamora i Sitjà, el 2012, no va guanyar la convocatòria ja que és evident que els gustos estètics, en qüestió de cartells, és molt diferent entre orient i occident, el cartell de la foto 12 va ser el guanyador. A mi particularment m’agrada mes el del meu paisà, perquè reflecteix molt millor, al meu humil entendre, l’esperit de la festivitat.
Per descomptat a la nit, els japonesos, observen el cel per veure com Orihime i Hikoboshi es reuneixen de nou (foto 13) . Malauradament els amants estan exposats a les condicions meteorològiques i sempre que no plogui * serà possible i visible la seva trobada. En cas de pluja, la llegenda diu que el riu creix i això impedeix que les garses puguin formar el pont. Si això passa es diu la pluja de les llàgrimes.
Aquesta és la cançó que es canta en aquest dia:
Les fulles de bambú murmuren bressolant-se en el ràfec de la teulada.
Les estrelles brillen en els grans de sorra daurats i platejats.
Les tires de paper de cinc colors ja les he escrit.
Les estrelles brillen i ens miren des del cel.
Jo vaig estar al Japó en el Tanabata de fa tres anys, però com no sabia la història, simplement vaig plasmar les meves peticions en un tanzaku i el vaig lligar a un bambú del centre comercial que visitarem (foto 14). No recordo si aquesta nit va ploure, però no m’estranyaria gens ja que el setè dia del setè mes cau en ple tsuyu, temporada de pluges, al país del sol naixent. (foto 15)
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